Mirar para comprender: un puente entre la Psicología y la Fotografía
- entrelorealylosimb
- hace 10 horas
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Bienvenidas/os a este espacio donde cada mirada puede transformarse en aprendizaje. Aquí comparto reflexiones y experiencias que surgen del diálogo entre la Psicología y la Fotografía. Espero que lo que encuentres aquí te inspire a mirar la vida con más calma y profundidad.
En este momento de mi vida ambas disciplinas empiezan a encontrarse de manera natural, casi inevitable, porque cada una me ofrece herramientas para observar, comprender y conectar desde lugares diferentes pero complementarios. A medida que avanzo, descubro que unirlas no solo tiene sentido, sino que amplía mi manera de mirar y de acompañar a otros.
He estado realizando un curso de fotografía porque quiero profundizar en este campo; y curiosamente, hace unos días, en una clase sobre composición de la imagen, el profesor hablaba de “predecir” lo que iba a suceder para obtener una buena foto; esto en un contexto donde no siempre controlas la luz, las personas o el mismo ambiente. Eso me hizo click, pues en Psicología ocurre algo similar: analizas y anticipas comportamientos de individuos o grupos para poder intervenir.
Digamos que el análisis de comportamientos es algo que he ido naturalizando, incluso antes de iniciar mi carrera como psicóloga, porque siempre me ha apasionado. Pero verlo en fotografía me abre otro campo de visión; pues observas y detallas tu alrededor; ajustas el ISO, el diafragma y el tiempo de exposición, eliges la posición de la cámara y encuadras para dar sentido a la narrativa de la imagen.
La Psicología me ha enseñado a mirar la vida desde perspectivas distintas a las habituales, a comprender las realidades de otras personas, de mi contexto y también de aquello que está lejos de él. Me ha permitido reconocer el dolor, los propósitos y las conexiones que somos. Ahora, adentrándome en lo que estoy aprendiendo en Fotografía, descubro que también implica mirar la vida con otros ojos. Cada recorrido con la mirada puede convertirse en una fotografía que comunica realidades, que narra historias y emociones. Es empezar a redescubrir lo que nos rodea: cada detalle, grande o pequeño, cada objeto, sujeto o elemento nos habla, aunque a veces no lo escuchamos porque el ruido y el ajetreo de la vida nos alejan de habitar plenamente.
Por eso quiero aprender a detenerme, a detenernos, en los detalles, en lo que nos comunica el entorno, y aprender a escuchar de verdad; y escuchar no viene sólo de oír; también, implica bajar las revoluciones que hemos adquirido, a observar con atención a través de todos nuestros sentidos. Tal vez lo que buscamos no es la felicidad, sino la plenitud, y esa plenitud está cuando nos escuchamos y estamos presentes.





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